Cómo empezar? es complicado y, a la vez, muy simple. No tengo miedo, no le hago ascos a nada, sé resolver mis problemas y sobrevivir. Sea donde y como sea.
Y tengo a salvo, dentro de mí, mi dignidad, mi esencia... eso no lo vendo, no se las doy a nadie que yo no quiera y, prácticamente, sólo he querido una vez: contigo Jonás.
Lo demás, cuando ha hecho falta, he llegado a prestarlo o venderlo, como se venden horas de trabajo a favor de alguien, como otros venden ideas, posan, cantan, cocinan o friegan... yo he hecho muchas de esas cosas y también otras con mi cuerpo, para ganar dinero.
Lo cuento aquí por ti, por nosotros, por tus amigos, por el compromiso de Is_landia... y para que sientas que contigo es especial, que voy muy en serio, y que en ningún momento he sentido que ponía en peligro lo nuestro, ni mezclaba, ni te jodía, ni nada... sólo trataba de salvar la situación ¿recuerdas? estábamos juntos, en el piso de Andrea, y sin forma de pagar nuestros gastos.
También tú eres un luchador, como yo, más fuerte y listo que yo, eso creo... pero estabas destrozado con lo de tus prácticas, sin cobrar, sin ideas, sin capacidad siquiera de estudiar y acabar el curso por el que tanto has luchado. Y mi curro de camarero no daba para mucho.
No busco excusas, asumo lo que he hecho y que te duela que no te lo contara. Pero igual que sé distinguir cuando me acuesto contigo o con un cliente, soy capaz de separar historias de mi vida que pueden parecer muy fuertes o sórdidas -meterlas en un sótano y echar la llave.
No te había contado ésta, porque creí que era algo del pasado, que ya no venía a cuento. Prostituirme me sirvió para salir adelante, hace tiempo y, claro, no venía a cuento ahora, que necesitabas estar concentrado para convertirte en arquitecto... o aprobar por lo menos este año.
Con lo que no contaba es con que un cabrón como Tomás te iba a ir con el cuento, simplemente para joderte, por si no hubiera tenido bastante con las famosas prácticas remuneradas y el futuro que te prometía... ha querido hacer daño y, cierto, lo ha conseguido.
Con lo que no contaba es con que un cabrón como Tomás te iba a ir con el cuento, simplemente para joderte, por si no hubiera tenido bastante con las famosas prácticas remuneradas y el futuro que te prometía... ha querido hacer daño y, cierto, lo ha conseguido.
Me siento muy culpable por el mal rollo que te estoy causando. No he podido dormir hoy ni creo que lo haga en varios días, sobre todo de verte tan decepcionado conmigo. Si consideras que esto no se puede salvar, lo aceptaré, aunque me rompa por dentro. Pero te pido que seas capaz de perdonarme porque creo de verdad que lo nuestro lo vale... y no sé ya cuánto más decir o llorar. Lo siento! te quiero!