Cinco días de retiro dan para mucho. Ya sé cultivar plantas sin tierra... me va a valer para lo de comer y para fumar... que sanos vamos a estar! Y esa luna sobre la arena... con Robert debajo mía... he probado todos los sustratos posibles. Y todavía he aprendido a meditar. Vaya si nos ha cundido.
Ahora ya entiendo lo que me decía Robert y sus amigos del cortijo: aunque una tenga razón, a veces hay que dejar que las cosas fluyan. Y me refiero a lo de hermana Alicia y los malos tratos por parte de su novio. Aunque sigo convencida de lo que vi y de que está pasando, tiene que ser Alicia la que salga de ahí o, al menos, dé el primer paso. Espero estar igual de zen cuando me lo vuelva a encontrar (a ese mamón).
En este momento, siento que todo fluye en la dirección adecuada... tanto, que hasta podría ceder el mando. Nunca hubiera imaginado que una relación y un hombre me pudieran llenar así. Es tal la fuerza que soy capaz de cambiar el mundo. Este sábado tenemos la oportunidad: el 12M estaremos allí, como un solo cuerpo, los dos.