Ya está, ya lo sé, esta mañana por fin me lo han contado. Y no sé, todavía no tengo ni idea de lo que siento, sólo sé que no me gusta, pero nada nada.
Durante todo el día he pensado que no podía ser, que era un error, que no iba conmigo.
¿Cómo me pudieron vender, así, un bebé recién nacido... igual por una dosis, el chute de una semana, un mes...nada? Esos, mis padres? unos colgados, gente enganchada, salida de una chabola... y me dicen que igual están todavía allí. No, no puede ser.
Menos mal que estaba Sole, porque yo me habría ido en ese momento, cuando me enseñaron los papeles, oyendo unos detalles que no me creo, repugnantes, no?
Quería correr muy lejos, no sé qué me lo impidió. Aguanté, escuché, seguí viendo documentos, pero me parece un asco y no quiero saber más. No me interesa. No me lo creo, no.
Pero a mi lado está Sole, que no sólo me ha aguantado toda la tarde, mis rallaeras, las cosas que he dicho una y otra vez, sino que ha sabido ablandarme. No me pregunteis cómo, ni siquiera ha hablado mucho, pero ha conseguido que me dé cuenta de que es sólo una historia, y que no tengo por qué aceptarla ni vivirla...ni siquiera conocerla en todo detalle. No quiero.
Me alucina que todo este viaje haya sido para esto, para una movida tan sórdida, sin gracia, sin nada que ver conmigo. Si, como dice Sole, vale con aceptarla, pues no sé, la aceptaré. Pero hoy no. Desde luego, no tengo ganas de más.
Le doy gracias a ella porque sigue aquí a mi lado, como si nada, incluso si le suelto un borderío o le digo que no, que no quiero escuchar, ni ver ni hacer nada...ni hoy ni mañana
No hay comentarios:
Publicar un comentario